«Pasar la noche en vela hace que se nos antoje comer comida basura», demuestran neurocientíficos de la Universidad de California en Berkeley (EEUU), lo que aporta una nueva relación entre la falta de descanso y la obesidad.
Esta investigación se llevó a cabo mediante el estudio del cerebro de jóvenes tras una noche sin dormir y, otra, de descanso. usando imágenes obtenidas mediante resonancia magnética funcional. En el primer caso, el lóbulo frontal (encargado de la toma de decisiones complejas) mostraba una menor actividad a la habitual, mientras que el centro cerebral de las recompensas se hallaba hiperactivo. Por ello, al ofrecerle comida a los jóvenes, los que no había dormido elegían comida basura; en cambio, los qu
e habían dormido durante 8 horas, escogían alimentos sanos.
En conclusión: «Si no dormimos, las estructuras cerebrales que controlan la emoción y el deseo se hiperactivan», es decir, las personas que no duermen bien son incapaces de tomar decisiones adecuadas sobre su alimentación, por lo que ingieren alimentos excesivamente calóricos y se encuentran más predispuestos a sufrir obesidad.