Un grupo de investigadores italianos, serbios y españoles han descubierto el efecto protector de las fresas sobre los estómagos dañados por el alcohol.
Los científicos llevaron a cabo el experimento con ratas de laboratorio, a las cuales les suministraron etanol y comprobaron que aquellas que habían ingerido extracto de fresa sufrían menos lesiones en su mucosa gástrica.
Esto es debido a las propiedades beneficiosas de las fresas, destacadas no sólo por su poder antioxidante y alto contenido en compuestos fenólicos, sino también por activar las propias enzimas y defensas antioxidantes del organismo.
Con ello se ha comprobado que una dieta rica en fresas puede prevenir enfermedades gástricas relacionadas con la generación de radicales libres y especies reactivas del oxígeno.
Esta investigación no ha sido llevado a cabo con el objetivo de aliviar los efectos de una borrachera; sino para encontrar sustancias que ayuden a proteger a la mucosa gástrica frente a daños que pueden causar diferentes agentes.